A pesar del tópico hay que decir que el santuario de San Cosme y San Damián es un lugar mágico por muchas y diferentes razones: su entorno natural, tradiciones, leyendas y ritos.

El acceso al santuario puede realizarse por dos rutas diferentes, bien desde Vadiello pasando por la Cruz Cubierta o bien por la Casa Estebañón vieniendo de la carretera de Aguas. En los dos casos lo recomendable es realizar la aproximación a pie, dejando el vehículo en el pantano de Vadiello en el primer caso o en la Tejería en el segundo.

Datos fundamentales extraídos del libro de José Mª Fuixench: Santuarios Rupestres del Alto Aragón

El santuario ha sido tradicionalmente un centro de peregrinación desde el más remoto pasado; consagrado a divinidades paganas protectoras de la salud, con el tiempo fue cristianizado y encomendado a Cosme y Damián,  santos patronos de la medicina. Es posible que las reliquias de los santos fueran traídas desde Francia, con el paso del tiempo alcanzaron  gran fama, hasta el punto que el 27 de septiembre de 1396 se fundó en Huesca una cofradía que, bajo su advocación, fue auspiciada por el rey Martín.

Secularmente la propiedad del santuario recae en el linaje de los Azlor, señores de Panzano, que con el tiempo adquiririán los títulos de duques de Villahermosa y condes de Guara entre otros. En la actualidad el conde de Guara es el titular del lugar, quién ya en 1792 nombraba a los eclesiásticos encargados de la gestión religiosa del enclave.

Tras el acceso al complejo recinto del santuario aparece la primera construcción, el oratorio o iglesia de los santos Cosme y Damián propiamente dicha. Se trata una edificación rupestre formada por una sala estrecha y alargada en la que el muro del evangelio lo constituye la propia roca, el muro opuesto es de fábrica reciente, de ladrillo sin revestir todavía, realizado hace varios años, debido al precario estado del anterior muro de ladrillo y tapial.

Vacía en la actualidad, la nave única de la iglesia del santuario poseía 4 altares antiguamente: del Santo Cristo y Nuestra Señora del Rosario en el lado de la epístola y San José y Virgen del Pilar en el del evangelio. En la salida, en el extremo opuesto al presbiterio, se situaba un pequeño coro.

Antiguamente el ornamento del altar mayor era muy rico, además existía un  retablo barroco, primitivas tallas de los santos patronos y varios cuadros de estilo italiano pintados en cobre, todo ello desaparecido en la Guerra Civil del 36

En reconocimiento  por la curación los peregrinos entregaban un exvoto o presentalla representando el órgano sanado. En en el lado del evangelio gotea la fuente de aguas milagrosas para la salud. En este muro de los exvotos se depositó, a petición testamentaria, el corazón de D. Ramón Azlor, obispo de Huesca, colocado en una urna de metal, a su vez depositada en una arquilla de alabastro repujada con su escudo nobiliario y la inscripción: AQUÍ YACE EL CORAZÓN DEL ILMO. SEÑ. D. RAMÓN AZLOR OBISPO DE HUESCA - 7 DE SEPTIEMBRE DE 1689.

Cruz de término en el centro de la plaza del santuario, frente a la fuente exterior. Posee fuste de tres tramos y planta cuadrada.

Fachada principal del santuario en la que, sobre el portal adintelado, se sitúa una hornacina decorada profusamente en estilo barroco, que contenia en otro tiempo las imágenes de los santos Cosme y Damián. En su base se encuentra el escudo de los Azlor con la corona ducal, rodeado por el lema de los Villahermosa: "sanguine empta, sanguine tuebor"; sobre él la inscripción "Esta sombra es mi sol".

El conjunto de edificios de San Cosme y San Damián se encuentra dispuesto en torno a una plaza rectangular, apoyados dichos edificios en su parte norte por el muro de conglomerado calizo peculiar de la zona. Adosada al santuario se encuentra la hospedería de peregrinos, en cuya espaciosa cocina se decía que podían ponerse troncos enteros en el hogar. En estas dependencias se encontraba "el cuarto del peso" en el que se hallaba una gran balanza, pendida del techo, y destinada a pesar a los sanados por los santos, los cuales debían entregar al santuario, en agradecimiento, su peso en trigo.

La casa del Conde de Guara es un edificio de tres plantas construido con ladrillo y tapial enjabelgado.

Escudo nobiliario sobre la fachada principal de la casa del Conde de Guara.

Vista general de la fuente y alberca que bajo el monasterio custodia su acceso por la senda que proviene de la Cruz Cubierta.

Detalle de uno de los 4 caños de la fuente en forma de rostro animal de los cuales, por desgracia, ya no mana agua.